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Basado en la Circular Décimo Sexto Aniversario 1927. Autor: Joaquín Trincado Mateo.

 

La Dirección de un Proyecto se obtiene de una autoridad superior facultada para otorgarla.

 

La Autoridad superior puede ser:

1. ELOI ( Supremo Dios Padre Universal )

2. Una delegado facultado por el Supremo

3. Un representante del delegado por el Supremo

4. Un Padre de Familia, digno, honesto y trabajador (Semejante a escala, en responsabilidad, al supremo)

 

El no reconocimiento de la autoridad de un Director resta recursos a la tarea encomendada.

 

Un Director puede ser engañosamente presentado como tal.

 

No hay que perder el tiempo buscando un Director. Lo descubriremos con esfuerzo propio. De esta manera nos redimiremos solos y el milagro se produce cuando hay progreso.

 

Para ser experto y maestro se requiere de un estudio profundo. Recomendamos la Biblioteca de la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal, allí hay lecciones suficientes que ayudan en el aprendizaje para ser experto y maestro.

 

Toda obra requiere para su fin de una organización. Unir fuerzas en una sola fuerza provechosa.

 

Un grupo de personas puede ser bueno y de provecho; sin embargo, examinado cada uno en su individualidad cada uno puede ser antagónico del otro.

 

Una Organización requiere de un buen Director. Puede suceder que al momento de nombrarlo, otro se crea con más méritos y derechos. Si no hay un buen Director, se corre el riesgo, de que los miembros del grupo solos no se rijan.

 

Cuando se nombra un Director el cargo lo debe asumir adecuadamente y no se puede creer más que los otros miembros de la organización.

 

Un verdadero Director no puede mirar con el rabillo del ojo a los otros diciendo “Yo soy”. Un Director con esta conducta, en lugar de unir fraternalmente al grupo lo convierte en una sala de reos y jueces, y todos descuidan el cumplimiento de sus deberes. El reo condena al Juez y el Juez pierde autoridad.

 

En los procesos de construcción de una organización fraterna, NO hay obispados ni tronos de pontífices. Nadie es infalible.

 

Cada integrante del grupo es responsable de si mismo y el Director responde por todos.

 

Un buen Director debe dar ejemplo; NO es autoritario; es el regulador; es el que  más está obligado a cumplir los reglamentos de la organización si quiere que los demás los cumplan. Es el que tiene que dar a todos el ejemplo de cordura, fraternidad,  justicia y  equidad.

 

El Director da la norma de conducta en moral administrativa material, antes que de la moral espiritual. La moral material se ve, se palpa, se sienten sus efectos y es producto de la moral espiritual.

 

Donde NO hay moral material, no habrá la resultante reflexión de la moral espiritual.

 

Sin la moral material administrativa ¿se puede pensar en un bienestar?

 

Es importante reconocer la perfecta administración de las 14 economías. Un mundo sin perfecta administración es un caos.

 

Sin un caudal de moral suficiente NO se puede hablar de un buen gobierno.

 

El Director siente dolor y lo debe sentir cada miembro de la organización cuando una obra de gobierno es inmoral.

 

Ante la ley del Supremo Dios Padre Universal todos somos iguales; por nuestro grado de progreso parecemos diferentes, pero no es así; la justicia del Padre no cuenta más que hombres (en los dos sexos) y no admite, ni ella tiene un artículo diferente para el aprendiz ni para el maestro.

 

El aprendiz que no comprende la ley es insensible a los niveles superiores de su grado de progreso. El Director es sensible a todos los grados y le toca sufrir más o gozar más de la comprensión de la ley en lo espiritual. En lo material todos cabalgamos en un borriquillo igual en necesidades fisiológicas y materiales y no hay excepción para nadie en su aplicación.

 

El Director tiene un cargo, no una dignidad. La dignidad se le dará a cada uno en el mejor cumplimiento de su cargo.

 

Amáis las causas de la Organización? Pues seamos para la causa y no la causa para nosotros.

 

Reconocemos al Director? Pues tomemos su ejemplo y hagamos que nos pueda considerar sus discípulos. Nosotros NO vivimos de la causa, vivimos para la causa y a ella le daremos todo.

 

Todos deben desear ser Directores; tanto lo debe desear el Director que lo sean pero, “solo las obran hacen fe”

 

Un Director no vive de la causa; por ella hay que agobiarse y a nadie hay que pedirle nada y se espera que nadie deba nada que perjudique el desarrollo de la organización; los recursos que se tienen son el aceite lubricante que necesitan los ejes y se debe graduar bien para que en la marcha no haya sobrecalentamiento.

 

Cada desinteligencia o absurda pretensión afecta la marcha de la organización.

 

Siempre hay que sumar sacrificios y esfuerzos individuales. No todo hay que dejarlo al Director. Quien exige derechos es porque cumple obligaciones.

 

Quien pretenda ser Director es dócil para el estudio y aprovechado discípulo.

 

Para que haya orden debe haber disciplina.

 

Sin orden NO hay concierto.

 

Sin concierto NO hay armonía.

 

Sin armonía NO hay posible autoridad.

 

Y sin autoridad NO hay gobierno.

 

Un Director NO es un mandón. Por orden es la persona representativa que cumple y hace cumplir los fines de la Organización.

 

El Director NO hace las funciones de árbitro, el ejecuta lo acordado según la organización establecida y las estancia de decisión.

 

Cada Director esta de acuerdo con la estructura organizacional y a ella se somete para su accionar.

 

La organización fijará los aspectos por los que un Director se evalúa en sus aciertos o desaciertos para fortalecer o corregir los caminos que conduzcan al éxito; siempre manteniendo la mayor unidad del grupo, la mejor administración y efectivo crecimiento, velando siempre que las responsabilidades recaigan en hermanos idóneos , por méritos y derechos sin discriminación de personas, títulos ni posiciones.

 

El Director exige siempre que todos, cada uno en su grado y capacidad trabajen para los fines de la organización en unidad moral, material y espiritual.

 

Cada Director si quiere en verdad serlo; primero debe ser juez de si mismo porque nadie impone a nadie.

 

Cada uno vea si no está en él la falta que quiere ver en el hermano Director.

 

Para que los hechos esperados se produzcan, no debemos alterar la armonía que se le debe imprimir a cada acción.

 

El Director NO aplica el castigo ni la venganza ni la represalia en su accionar.

 

Cada miembro de la Organización tome para si estas orientaciones y quien se vea señalado corrija la parte que le corresponde.

 

Solo el amor a la causa es la que nos anima pertenecer a ella. Si así se demuestra será el abroquelamiento de todos los componentes de la Organización, actuando como si fuésemos un solo individuo.

 

El pensamiento es uno solo: El triunfo de la causa manifestado en el amor fraternal que anime nuestros actos.

 

Cuando se usa la razón se expone, lo contrario en imponer.

 

Obediencia razonada NO es relegar derechos.

 

La fe ha de ser viva como hija de la convicción propia y la demostración es el mayor Amor Fraternal cada día y siempre reciente, porque NO tiene límites hay “SIEMPRE MÁS ALLA”.

 

 

Basado en la Circular Décimo Sexto Aniversario 1927.

Autor: Joaquín Trincado Mateo. Director General EMEdelaCU

Adaptado por: David Corredor Cuéllar

Octubre 4 de 2013

 

M.S.B. Colombia “Compromiso con la Humanidad”

        

Como Trincado, Sandino y el Che, decimos:

 

Hasta la Victoria….

SIEMPRE MAS ALLA

 

Fraternalmente

 

 

David Corredor Cuéllar

Director General

MSBColombia

Manifiesto de orden y organización

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